lunes, 7 de diciembre de 2009

Deje el coche aparcado


Querido visitante que tienes planeado un viaje a Granada (Andalucía). Si tu intención es acudir en coche, lo primero que tienes que saber es que una vez que llegues a la ciudad el vehículo particular se convierte en un estorbo.




Sí amigo, Granada es una ciudad de “prohibido” por gracias de sus autoridades públicas. Está prohibido circular por la almendra central, y esto que podría parecer razonable en cualquier ciudad, aquí en Granada es desesperante ya que cualquier calle te conduce al centro y si no estás avispado, una cámara recoge tu matrícula y multa que te crió. Así que cuidado.


A esto hay que añadir las múltiples obras que están repartidas a diestro y siniestro por sus calles y plazas. Aquí en Granada se unen a las ya de por si molestas obras de adecentamiento urbano, las que se realizan para dotar de Metro a la ciudad (aquí ya le llaman “el centímetro”, porque se trata de una línea única, pero por algo hay que empezar).


Su única vía de escape es la carretera conocida como de circunvalación (A-44) que se ha quedado pequeña al soportar todo el tráfico de vías abiertas por obras como el Camino de Ronda, también conocida como La Redonda.


Así que deje aparcado el coche, pero tenga cuidado en donde ya que, según denuncia la oposición socialista, en esta ciudad existe un auténtico descontrol tarifario nunca regulado. Así, según el PSOE el precio por día de los estacionamientos de la capital es de 19,90 euros de media, muy por encima de lo que vale aparcar en el resto de Andalucía. En Córdoba cuesta 14,10 euros, en Málaga 17,50 euros, en Sevilla 16,40 euros.


Si ya ha conseguido dejar el coche sin que le resulte muy gravoso, dispóngase a caminar por la ciudad (que eso es saludable). No tenga problemas ya que esta ciudad no es muy grande y los sitios turísticos (con excepción de la Alhambra, el Generalife, los barrios del Albaicín y Sacromonte y alguna iglesia como La Cartuja) se encuentran muy cerca unos de otros. Además el paseo de subida desde la Plaza Real hasta el Albaicín, que bordea el río Darro (Dauro), es, muy hermoso.


Los autobuses urbanos están, pero pregunte. Existe un servicio turístico similar al resto de ciudades y un microbús que hace el trayecto entre la ciudad y los barrios altos del Albaicín y Sacromonte y la Alhambra. Estos barrios no están abiertos a la circulación particular, excepto la de los vecinos, así que no intente entrar con su coche sino conoce bien el itinerario.


Una vez en la ciudad déjese envolver por sus aromas, ya sean de flores o culinarios, que de todo hay, y camine por las calles del centro.


En otra entrada les contaré por donde ir.







2 comentarios:

Anónimo dijo...

precioso

Anónimo dijo...

Hay que conocer Granada. Si no has paseado por sus calles, escuchado su sonido y sentido su aroma, te habrás perdido algo grande